Es el famoso Castillo que mandó construir Luis II, Rey de Baviera, también conocido como el Rey Loco, a finales del siglo XIX. La construcción tardó 23 años (1869-1892) y el rey no llegó a ver finalizado este increíble edificio, por el que llegó a contraer una enorme deuda.
Neuschwanstein está inspirado en las leyendas medievales alemanas, sobre todo en la de Lohengrin, y tiene como animal heráldico el cisne.
Las salas del castillo son muy originales. Una de ellas está decorada como si fuese una cueva, con estalactitas y estalagmitas falsas, el salón del trono es una obra de arte de estilo neobizantino, la Sala de los Trovadores se aprecia hoy en día como auditorio para conciertos por su excelente acústica, y la cocina estaba equipada con la última tecnología del momento. Si os parece haber visto antes este edificio, es porque ha servido de inspiración para la película de Disney "La Bella Durmiente" y, cómo no, para Disneyland Paris.
El nombre del castillo significa "nueva piedra del cisne", en recuerdo de la antigua fortaleza de Schwanstein, ya derruida, y el castillo de Hohenschwangau, donde Luis II pasó gran parte de su juventud, y que se encuentra muy cerca de Neuschwanstein.
El rey mandó construir este refugio para vivir en su propio mundo, lejos de la realidad. Era un hombre que vivía de noche, dormía de día, leía sin parar mitos y sagas, y tenía, como se puede ver, una personalidad un tanto excéntrica. Cuando el rey tenía 41 años fue declarado incapaz de gobernar el país debido a su precaria salud mental. Al poco fue encontrado su cuerpo, ahogado en las aguas del lago Starnberg. Como él escribió, Luis II fue un misterio para todos, incluso para sí mismo.