8 de septiembre de 2011
La sala del piano
Había una sala, al final de una biblioteca, al final de un pasillo. Nadie iba allí. Estaba en penumbra, pero había muchas ventanas con cortinas gruesas y azules. Todo en la sala era azul: tapices azules, muchos sillones azules y mullidos, sin nadie que se fuera a sentar en ellos, el suelo era de moqueta azul, todo era azul menos el piano. Eso era lo más importante. Por eso llamé a ese lugar mágico "la sala del piano". Allí se para el tiempo, sólo falta una chimenea con un fuego alegre para la completa felicidad.
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1 comentario:
el fuego alegre lo pongo yo.........te invito a la Pola.
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