Leonardo Da Vinci (1452-1519), un verdadero humanista y un genio del Renacimiento. Como todo el mundo sabe, fue pintor, pero también científico, arquitecto, ingeniero, botánico, astrónomo, escultor, matemático, geólogo e incluso músico. (Para que ahora hablen de la imposibilidad de reconciliar ciencias y letras).
Da Vinci fue un extraordinario inventor. Las máquinas que diseñó no fueron construidas en su época, pero años después de su muerte se encontraron sus cuadernos y escritos (el conjunto se llama "Codex Atlanticus"). En ellos se pueden ver inventos muy adelantados a su tiempo, la mayoría muy difíciles o casi imposibles de construir con la tecnología de los siglos XV y XVI. Muy probablemente la falta de mecenas (patrocinadores) fue la causa de que estas visionarias máquinas no salieran a la luz. Tampoco Leonardo publicó en vida los bocetos y diagramas de estas invenciones.
Algunos de los aparatos han sido construidos por ingenieros actuales-¡y la mayoría funcionan estupendamente! Y los que no, son sencillamente asombrosos. Pongamos algún ejemplo.
Ornitóptero |
Volar fue uno de los sueños del hombre durante miles de años. Leonardo Da Vinci fue de los primeros que se lanzó a hacer un proyecto viable, quizá el primer europeo interesado en una solución práctica para volar. Estudiando el vuelo y la anatomía de las aves y murciélagos, y también la estructura de las cometas, Da Vinci hizo formidables diagramas y bocetos de máquinas voladoras.
La más famosa es el ornitóptero (del griego ornithos, pájaro, y pteros, ala = "alas de pájaro"), que data de 1485 aproximadamente. Recuerda a un enorme murciélago de madera y tela. Éste podría volar perfectamente una vez estuviese en el aire. El único defecto que posee es la falta de energía suficiente para despegar. El piloto iba tumbado en una plataforma, debía manejar las alas del ornitóptero, que podían moverse, y además unos pedales. Los bocetos de la máquina voladora manifiestan el gran conocimiento de aerodinámica que Leonardo tenía.
Helicóptero |
El helicóptero es otra joya de la ingeniería de Da Vinci. Hecho de junco, alambre y tela, tenía forma de tornillo o hélice. Leonardo propuso que, si cuatro hombres lo giraban a la velocidad necesaria, el helicóptero debería despegar. Científicos actuales han demostrado lo contrario, pero aún así constituye un gran avance tecnológico.
Además, Da Vinci diseñó otras máquinas, entre ellas un paracaídas, un anemómetro (aparato para medir la velocidad el viento), un reloj, armas de combate, e incluso algunas ideas para respirar bajo el agua (precursoras del traje de buceo). Este ingenio consistía básicamente en un traje de cuero y un casco con forma de bolsa que tenía un visor de vidrio. Del casco salían un par de tubos, conectados a una campana de corcho llena de aire que flotaba en la superficie.
Leonardo se interesó en cierto modo por la epidemiología, dándose cuenta de que había algún factor en las ciudades que facilitaba la rápida propagación de enfermedades, y que no se daba en el campo. A partir de esto, ideó una ciudad construida a diferentes niveles, con un sistema de alcantarillas y tuberías muy avanzado.
Da Vinci fue el inventor del primer coche de la historia, o carro autopropulsado (traduciendo de manera liberal, del italiano carro semovente). Es un vehículo robótico, no necesita conductor. Las notas del Codex Atlanticus no son muy detalladas en cuanto al mecanismo, pero la teoría más aceptada actualmente es que este carro es propulsado por un par de muelles a los que hay que dar cuerda. Al ir desenroscándose, el carro avanza. Pero sólo puede girar hacia la derecha, constituyendo una desventaja práctica.
En el siglo pasado hubo un gran afán por construir las máquinas de Da Vinci, y existen varias exposiciones que las muestran.
La obra de Leonardo Da Vinci es muy extensa y abarca muchos campos del saber. Por eso sirve de ejemplo para la conciliación de lo que ahora llamamos "ciencias" y "letras" con mucho desatino, y que hace cientos de años eran perfectamente compatibles. Ahora los conocimientos han avanzado y la especialización es muy importante, pero no tanto como para que el ser humano se olvide de poseer una cultura íntegra.
Este post participa en la V Edición del Carnaval de Humanidades, acogido en el blog Pero eso es otra historia...