Tiempo extremadamente lluvioso y soplan vientos veloces, amigos astrónomos. ¡Pero no os preocupéis! Aquí tenemos algo para entreteneros mientras tanto. En este dibujo aparecen algunas constelaciones de finales de enero (hemisferio norte, y sólo en dirección sur, de momento).
Orión, el cazador, se ve estupendamente este mes. A sus pies hay una curiosa constelación,
Lepus (la Liebre), que he conseguido observar el otro día.
Canis Major (el Can Mayor) es una formación que guarda un asombroso parecido con un perro, y aparece persiguiendo a la Liebre, a su izquierda. En línea recta con Betelgeuse (el hombro izquierdo de Orión), está Procyon, la estrella principal de Canis Minor (el Can Menor). Por aquí creo que pasa la Vía Láctea, aunque no la he visto.
Entre estos cuatro grupos de estrellas existe otra constelación, Monoceros (el Unicornio), que es más difícil de observar a simple vista y en una ciudad, como es el caso. No posee estrellas muy brillantes, pero sí una nebulosa.
Eridanus (Erídano) representaba para egipcios y árabes un río. Sólo he visto una de sus estrellas, la que está a la derecha de Rigel (pie derecho de Orión).
El resto de constelaciones y estrellas que aparecen en el dibujo son algunas que conozco pero aún no he visto. La constelación de Tauro sale aquí también, aunque estaba demasiado arriba en el cielo y no me apetecía caerme por la ventana. (Por favor, que nadie tenga ningún accidente).
Quizá os venga bien tener un planisferio como éste:
Se puede girar hasta hacer coincidir el día y la hora en que estás, y entonces te mostrará las estrellas que se ven en el cielo en ese momento. Sólo tienes que orientarlo en tu dirección (punto cardinal). Para eso, si estás empezando, puede servirte una brújula. Si ya eres experto, simplemente puedes orientarte buscando la Estrella Polar.
Próximamente habrá un artículo sobre cómo encontrar el Norte por la noche. De momento me despido desde Zamora, España.